A modo de entrada...
Mis primeros recuerdos son todos recuerdos sueltos…
Quizás el recuerdo más antiguo que tengo de papá, es vendándole la cabeza a
Javier y colocándole una moneda sobre un chichón para que no le creciera más.
Javier estaba jugando con nosotros en la calle, cuando le atropelló uno de los
pocos coches que al día pasaban por la calle Guzmán el Bueno. No recuerdo quién
estaba conmigo, pero recuerdo que mirábamos con mucha atención lo que hacía
papá… mi sensación era que, como él se estaba ocupando, no iba a pasar nada más…
sólo hacía falta esperar a que Javier se despertara y descubriera la moneda que
tenía en la cabeza… ¡que suerte tenía Javier!
No sé si fue antes o después del atropellamiento de Javier, por aquellos días,
estábamos en el cuarto de papá y mamá (todavía no habían llegado los abuelos)
“haciendo el burro”, Paloma, Javier y yo, Mercedes todavía era un bebé, en eso,
no sé porqué, se me ocurrió decir “coño” (que era el peor pecado que se podía
cometer), todos se quedaron petrificados mirándome aterrorizados con los ojos
“pelaos” y las manos en la boca… al rato llegó papá muy serio y me abrió la boca
y me puso un puño de sal … nunca más, hasta hacernos adultos, volvimos a decir
una grosería. (Teresa se libró porque era nieta)
Recuerdo en una tarde, en el cuarto de los baúles sacando ropa “antiquísima”, a
papá con los hombros y brazos caídos y con cara de pena haciendo gemidos como si
se fuese a poner a llorar, embutido en su frac del matrimonio que no se
podía cerrar mientras mamá contentísima y muy alegre, vestida con un traje de
faralaos de la misma época del frac, le picaba y chinchaba mientras se jactaba
de poderse poner la ropa… porque se mantenía más delgada que él. Por supuesto,
todos nos reíamos y celebrábamos con mamá.
Cuando me dieron de alta en el sanatorio De La Malvarrosa, (para los que no lo
saben, entre el 'Preventorio' de Aguas de Busot (Alicante) y el 'Antituberculoso
de la Malvarrosa (Valencia), estuve
internado en cama cerca de cuatro años curándome de una tuberculosis, primero
al pulmón y luego al páncreas. Me dieron de alta a principios de 1950 pero,
aunque levantado, seguí en el sanatorio más de 6 meses), papá y mama
fueron a visitarme en algunas oportunidades. Hicimos largos paseos por la playa
donde había un monumento a Sorolla, un astillero al aire libre, un poco más
lejos se veía el muelle y el faro de Valencia y lejísimos hacía el norte, sobre
todo en noches claras y oscuras, se
veían los altos hornos de Sagunto, también paseamos por el pueblo de la
Malvarrosa. Para mi casi todo era nuevo y papá lo explicaba todo, lo sabía todo…
no me lo podía creer.
Estuvieron en mi primera comunión que
la hice en la cama aunque ya estaba dado de
alta, para no desentonar con el resto de los niños y niñas
que la hacían conmigo. Por la tarde me vistieron y me llevaron a Valencia para
hacerme las fotos 'oficiales' de primera comunión (esta vez con un traje gris con pantalones
bombachos). Papá regresó en el otoño a la Malvarrosa para llevarme
definitivamente a casa. Salimos del sanatorio en la tarde y fuimos a un hotel.
En la noche fuimos al cine a ver la película “Agustina de Aragón” con Aurora
Bautista… temprano la mañana siguiente cogimos un avión para Madrid (para mi fue
la primera vez que montaba en avión). A los pocos días de llegar a Madrid, nació
Pili. Seis meses más tarde, papá se fue a Venezuela (vino a darme un
beso estando todavía en la cama). Dos meses más tarde me mandaron a Cuba por "un año",
con los abuelos Rodríguez, para recuperarme definitivamente. A papá lo
volví a ver cinco años más tarde… y como dicen, eso es otro cuento...
(sigue).
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