ETSIIB 1965 - Ordenador IBM 1620.
mas...
|
(Anterior)
Y EN ESTOS 20 AÑOS QUE HAN
PASADO, ¿NUNCA SE HA PLANTEADO VOLVER A DAR CLASES?
No, pues a mí lo que me
gusta es contar batallitas, pero no dar clases. Cuando das clase tienes que
mantener las formas, tener una relación distante con el alumno...Y a mí me
gusta conversar de un modo bidireccional. Por eso, siempre que puedo
participo en mesas redondas, charlas en grupo... Además yo soy de vida
nocturna, y mis clases eran siempre a las 8 de la mañana. Si las clases
fuesen por la tarde, me lo plantearía (bromea). No me puedo quejar de cómo
me han ido las cosas en el taller.
Perfil
Tras acabar sus estudios de Ingeniería Química en el
IQS, en el año 1965, Luis Alberto García-Ramos Patiño siguió
formándose en el campo farmacéutico, debido a que sentía la
necesidad de ampliar sus conocimientos biológicos. No obstante,
nunca dejó de estar vinculado al IQS, pues impartió clases allí
desde el año 1966 hasta 1985.
Durante esos años, también fue uno de los precursores
del Centro de Cálculo del IQS, desarrolló proyectos para grandes
corporaciones y trabajó para la escuela de negocios ESADE. A los 40
años de edad sintió la necesidad de trabajar en proyectos más
“personales” y fundó, junto con otros colaboradores, The Lagrange
Group, una especie de taller del cual salió, por ejemplo, el primer
producto CD-ROM diseñado en España.
|
¿QUÉ PROYECTOS HA LLEVADO A
CABO EN SU TALLER, EN THE LAGRANGE GROUP?
Son unas cuantas
las ideas originales que hemos podido construir desde 1981 y a lo largo de
los años que han implicado la integración de dispositivos electrónicos y
desarrollo de aplicaciones informáticas especializadas. En muchos casos han
sido prototipos y primeras series fabricadas para terceros, pues nunca hemos
tenido el músculo financiero para fabricarlos directamente. Y es que,
personalmente, nunca me ha gustado trabajar en grandes corporaciones. Por
ejemplo, nosotros desarrollamos, entre otros, el primer producto
CD-ROM diseñado en España (la Enciclopedia de Medicina de la
Editorial Marin), un sistema de mensajería electrónica multiterminal, un
sistema de gestión documental de texto libre (tipo Google) o un soporte de
videotelefonía usando la red telefónica normal. Eran aventuras donde tenías
que ser un poco atrevido, pues en aquel tiempo algo como el CD-ROM, un disco
que tuviese millones de datos que pudieses localizar en un momento, era algo
de otro mundo. The Lagrange Group ha sido una especie de taller artesanal
donde se han desarrollado ideas. Hemos abierto brechas, pero no lo hemos
acabado de implantar nosotros.
USTED TAMBIÉN LLEVÓ A CABO
LA PRIMERA PROGRAMACIÓN DE LOS SEMÁFOROS DE BARCELONA, ¿CIERTO?
Sí. Tuvimos que hacer, en
primer lugar, un exhaustivo trabajo para poder ver los flujos de tráfico de
la ciudad y montamos una especie de sensores por toda Barcelona. Tras este
análisis, obtuvimos miles de grupos de datos que tuvimos que organizar para
ver las secuencias que tenían que seguir los semáforos. Poco después
implantamos los autómatas y los miniordenadores, que fueron los preliminares
al microordenador.
“El doctor Romaní, otros profesores y yo creamos una galleta
dietéticamente completa, que se llamaba 4 en 1 y que tenía todos los
nutrientes necesarios para sobrevivir”
CON THE LAGRANGE GROUP
TAMBIÉN LLEVARON A CABO PROYECTOS SOCIALES.
Sí, cuando cumplí 40 años
me di cuenta de que quería devolver algo a la sociedad, llevar a cabo tareas
humanitarias. En aquella época empezaron a desarrollarse los primeros
movimientos de cooperación con los países en vías de desarrollo. Tuve la
oportunidad de agarrar el hilo conductor y a mediados de los 80 montamos una
de las primeras ONG que hubo con tal denominación en España, el Movimiento
0,7 % Tercer Mundo. A través de ella implantamos la tecnología adecuada para
el desarrollo, que no
tenía por qué ser la mejor del mercado, sino la más útil, económica y
ecológica. Seguimos la filosofía del inglés Schumacher, que decía que en lo
pequeño se encuentra lo hermoso.
HÁBLENOS DE ALGUNO DE ESOS
PROYECTOS.
Uno de los que recuerdo con
más cariño fue el que desarrollamos para la Coordinadora de ONG en el año
1985 con motivo de la gran hambruna que se estaba viviendo en Etiopía.
Hicimos una visita de campo a la parte más traumática de los campos de
refugiados y vimos algunos de los fallos que había en la cooperación
europea; pues se enviaban alimentos que allí no se consumían ni se
conservaban por el clima, como por ejemplo mantequillas. Por ello, el doctor
Juan Manuel Romaní, que había sido profesor mío en el IQS, otros profesores
y yo creamos una galleta dietéticamente completa que se llamaba 4 en 1, que
tenía una formulación conteniendo todos los nutrientes necesarios
(proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas y minerales) para sobrevivir
en situaciones de gran desnutrición, tan sólo comiéndola acompañada, claro
está, de agua. Una empresa se encargó de fabricarlas y posteriormente se
quedaron con la fórmula. Se enviaron cerca de 500 toneladas. Además, esto
sirvió para hacer estudios epidemiológicos en grupos de riesgo dietético y
se estuvo suministrando en hospitales, etc.
(Sigue)
|