Mis Experiencias con "tío" Guido

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Muchas situaciones vividas por primera vez, que me han marcado y configurado como persona, han sido experiencias vividas con mi tío Guido.

Solo unos pocos antecedentes: Soy el quinto de doce hermanos hijos de la hermana mayor de Flor, la esposa de Guido; nací en Madrid inmediatamente después de la guerra civil española y de todos mis hermanos creo que fui al que más le afectaron algunas de la consecuencias de la guerra, pues enfermé de tuberculosis y estuve internado desde los 6 hasta los 10 años, acostado en cama, en un par de sanatorios antituberculosos...  Aunque suene extraño, de esa época guardo recuerdos fabulosos y considero que fui un niño feliz...

Pero no había vivido las experiencias más comunes que viven los niños socializando entre ellos... ni tampoco tuve las experiencias que viven la mayor parte de los niños en relación con los mayores, en tal forma, que cuando, con 10 años de edad, llegué a Cuba en junio de 1951 se me abrió un panorama inolvidable.

 

En La Habana

En el aeropuerto de Rancho Boyeros muy soleado, luminoso y... caluroso, el principal aeropuerto cubano en aquella época, me esperaban mi tía Flor y su novio Guido alto, buen mozo, vestía una guayabera muy elegante... la perfecta versión cubana del "gentleman" inglés... Antes de salir del aeropuerto, tomé por primera vez ¡una Coca Cola fría! (no conocía el refresco y nunca había probado algo "frío" de nevera -aparato que no conocía-).  Con ellos me sentí alegre y confiado, no añoraba nada.

En la tarde de aquel mismo día, después de cenar, en la casa donde se encontraba Guido (que no recuerdo bien de quien era la casa), mientras ellos se hacían la visita yo me quedé verdaderamente "alelado" viendo televisión por primera vez... de la que nunca, ni tan siquiera, había oído  hablar. Recuerdo que me levantaba y me acercaba a la pantalla del aparato tratando de "descubrir" el origen de la imagen. Me fascinó más el aparato que el programa de lucha libre que transmitían.

Viajé por primera vez en un auto conducido por su "dueño" (Guido) al que YO conocía... era un Studebacker que se distinguía de todos los demás coches. Fuimos a visitar las cuevas de Bellamar y el Valle de Yumurí en Matanzas... por carreteras sombreadas por árboles a cada lado... nos "persiguió" una "mosca" (que así llamó Guido al policía motorizado que salió de su escondite en la carretera)... de pronto la "mosca" desapareció.

Guido me llevó a visitar la Habana... el Morro, la Cabaña, la Muralla, la Catedral, pero nos detuvimos en el Capitolio de la Habana que me impresionó todo de él... las estatuas que representaban la virtudes republicanas, el Salón de los Pasos Perdidos, el diamante que señalaba el punto cero de la carretera central de Cuba situado exactamente debajo del centro de la cúpula de Capitolio... Me contó que en una oportunidad robaron el diamante y que, como no lo pudieron romper para venderlo, reapareció al cabo de algún tiempo encima del escritorio del presidente.

 

En Guantánamo

Tía Flor me llevó en tren a Guantánamo, donde vivía con los abuelos Alfonso y Milagros y donde trabajaba en su tesis de fin de carrera de Filosofía sobre Kant, yo me quedé a vivir con ellos. A Guido no lo volví a ver hasta que fue a Guantánamo en febrero de 1952 para casarse con tía Flor... dejaría de ser Guido, para convertirse en "tío" Guido.

Fue un matrimonio muy distinguido, el abuelo (que no era creyente) entró en la Iglesia para llevar a tía Flor al Altar... en la celebración, bastante restringida por lo que recuerdo, estuvieron presentes los padres de tío Guido, Don Antonio Radelat y Doña Ana Egües, (señora guapísima y muy distinguida) y sus hermanos Antonio y Hugo con sus respectivas esposas. Una vez casados, los "tios" se fueron a vivir a la provincia natal de tío Guido, Las Villas, donde él tenía un trabajo como ingeniero del aeropuerto Central de Cuba que se estaba construyendo en aquel momento. Por un tiempo no los volví a ver... pero no por mucho...

Al mes siguiente de haberse casado los tíos, en marzo de 1952, Batista dio un golpe de estado que impidieron las elecciones programadas para junio,  se convirtió en uno de los dictadores mas despreciados y dio lugar a la revolución que llevó a Fidel Castro a hacerse con el poder en Cuba.

Tío Guido, persona de fuertes principios democráticos, renunció a su fabuloso puesto de Ingeniero del Aeropuerto Central, porque él "no estaba dispuesto a trabajar para un dictador"... esta circunstancia lo llevó de regreso a Guantánamo, donde el abuelo Alfonso le consiguió un "humilde" empleo como ingeniero de los ferrocarriles de la Guantanamo Sugar Company, ferrocarriles con máquinas de vapor, que hacían el recorrido entre Guantánamo y los Centrales Azucareros de la empresa y el puerto de Caimanera.

El paso de tío Guido por Guantánamo me influyo para el resto de mi vida... pues inconscientemente lo adopté como modelo de persona a emular... su forma de ser marcó mi carácter, su educación, su elegante estilo de vestir, su fuerte dedicación a estudiar cuando lo tenía que hacer, su amenidad contando historias, su pulcritud en los trabajos de manualidad que de vez en cuando realizaba, su prudencia...

Me contaba con lujo de detalles historias de la lucha de Cuba por su liberación, la verdadera causa de la explosión del Maine, el atentado contra su paisano Clemente Vázquez para acabar con la dictadura de Gerardo Machado, la historia de los gangsters cubanos como Policarpo Soler... me construyó una televisión con una caja de zapatos donde pasaba "rollos" de las tiras cómicas de Dick Tracy y un periscopio con un par de espejitos de bolso y cartón... sus manualidades eran de ejecución profesional... En una oportunidad tía Flor me pidió que llevase un recado al tío Guido que estaba en una barbería cerca de casa... era tarde, hora en que la barbería tenía que estar cerrada, tenía la "santamaría" (persiana enrollable) bajada, pero sin cerrar del todo y dentro el tío Guido y media docena más de hombres de más o menos su misma edad... tengo entendido que "no hablaban bien del gobierno".

Recuerdo a tío Guido un fin de semana en la Base Naval  de Guantánamo, en Bargo Point, en la casa donde vivían los tíos Gordon y Chiqui, cosa rara, pues no lo recuerdo ninguna otra ocasión en la Base Naval... en esta oportunidad los tíos Gordon y Chiqui le ayudaban a traducir un articulo que la  revista "Caminos y Construcción Pesada" ponía de prueba de traducción  para los que quisieran concursar por un puesto en la redacción de la revista en Chicago. Recuerdo a tío Guido diciendo que lo hacía para que no le quedara conciencia de no haberlo intentado...

Ese año fui a pasar las vacaciones con tía Flor en la casa donde doña Ana, la madre de tio Guido llegaba, en el reparto del Vedado en la Habana. Durante las vacaciones hice unos amigos que reunían las "paletas" de los helados para participar en la rifa de una bicicleta en el programa de televisión de los payasos Gabi, Fofó y Miliki. Mi amigo me regaló unas cuantas y las envié en un sobre para concursar. Al final de las vacaciones, llegó tío Guido de Chicago donde había ido a entrevistarse con la redacción de la revista, porque había sido preseleccionado con unos pocos candidatos más. Algún tiempo después, ya en Guantánamo, a tío Guido le notificaron que había sido el elegido para el puesto ofertado... a mi me escribieron del programa de la televisión para decirme que había ganado la bicicleta del concurso.

Después de las vacaciones, a comienzos del curso, a tío Guido y tía Flor les nació una "chinita" lindísima que antes de que la bautizasen con el nombre de Ana María yo le llamé "la Quicoqui". Fue el primer bebé que vi. desde que era intocable "por que era muy chiquita", hasta que se hizo una niña reilona que "apetecía comérsela". Por Guantánamo, en diferentes épocas y circunstancias, pasaron el bisabuelo Manuel y el bisabuelo Severino, el abuelo Alfonso y la abuela Milagros... pero Ana María es la primera "guantanamera" de la familia (y me parece que hasta ahora la única).

El abuelo Alfonso murió en mayo de 1954. Con oportunidad de su entierro y funeral recuerdo en Guantánamo a tío Alfonso, a tía Memé con su hija Florencia en brazos, a tío Guido y a tía Flor y a los tíos Gordon y Chiqui... sólo faltó mi mamá. Ese curso lo terminé en Guantánamo, pero el siguiente lo hice interno con los hermanos de la Salle en Santiago de Cuba, y los días que salía del internado vivía en la Base Naval con la familia Ward, pues la abuela desmontó la casa de Guantánamo y se turnaba viviendo con sus hijos. Después del curso, en el verano de 1955 la abuela me mandó a Caracas con mi papá. Tío Guido consiguió el puesto en la redacción de la revista "Caminos y Construcción Pesada" y con tía Flor y la "Quicoqui" se fueron a vivir a Evanston, Illinois. No lo volví a ver hasta 1980.

 

En Estados Unidos

En los casi 25 años transcurridos entre encuentros personales, no dejé de tener noticias de los Radelat, en el 57 me convertí (por carta) en padrino de Gloria la nueva hermanita de Ana Maria, Paloma, mi hermana pasó una temporada con ellos en Evanston y el contacto se mantuvo aunque no muy intenso.

En 1980, de paso por Washington me encontré de nuevo con tío Guido que en el Transportation Research Board del Federal Highway Administration lideraba el grupo de desarrollo del modelo de simulación de tráfico que tanto éxito alcanzó y que fue adoptado por muchas naciones, me explicó en detalle el método de estudio y desarrollo del proyecto e incluso me comento que si yo viviera en Estados Unidos sería un buen candidato para la confección de los programas informáticos que ellos contrataban, por que era política del estado federal favorecer a grupos étnicos minoritarios. En su casa me enseñó los trabajos de contribución que hacía a una enciclopedia cubana a la que aportaba voces relativas a los primeros tiempos de la historia republicana cubana con hechos y personajes... me enseñó, en su biblioteca, la bibliografía que utilizaba para informarse con precisión. Comentando la historia cubana nos quedamos hablando hasta altas horas de la madrugada... seguía siendo el mismo Guido de siempre conversador muy ameno.

Nos volvimos a ver varias veces más en Estados Unidos, en oportunidades de algún viajes mío con Alejandro (mi nieto) y más tarde con Elsa (mi esposa)... disfrutando de las charlas amenas de siempre... me enseñó sus contribuciones históricas con la enciclopedia cubana, me hablo de los primeros presidentes Menocal, Zayas, Machado... me llevó a la Biblioteca del Congreso y me enseñó el lugar donde él consultaba los periódicos de cualquier fecha y lugar para documentarse... tocamos aspectos genealógicos y coincidimos en descubrir que tanto el primer Radelat como el primer Dranguet llegados a Cuba eran de origen francés y antes habían pasado por Louisiana, descubrimos otras coincidencias, como la de que su abuelo y el abuelo de Florencia en una oportunidad coincidieron en una misma batalla de la independencia cubana... en bandos contrarios. Me dejó una autobiografía de su madre Doña Ana Egües y una fotocopia del diario de su bisabuelo Esparza... material que sirve para descubrir y comprender bien el origen de la nobleza de las personas. También nos vimos en Caracas en alguna oportunidad que él iba de paso a algún país sudamericano a dar algunas de sus charlas sobre transito o en la misma Caracas. Estoy seguro que donde quiera que esté, nos volveremos a encontrar y seguiremos charlando amenamente de las cosas que nos unen.